El Cártel de los Arellano Félix fue famoso por ser uno de los grupos del crimen organizado más violentos en la década de 1990, además de ser el que mayores ganancias captaba al operar en la ciudad fronteriza de Tijuana. Al estar en una zona clave para el trasiego de droga hacia su mayor mercado, Estados Unidos, los Arellano Félix aprovechaban también para reclutar gente “del otro lado”.
El dato fue revelado por el Semanario Zeta de Tijuana que fundó y dirigió el periodista Jesús Blancornelas, quien fue víctima de un atentado a balazos que sufrió en noviembre de 1997, presuntamente orquestado por los Arellano Félix, según informó el Comité para la Protección de los Periodistas, conocido como CPJ por sus siglas en inglés.
La organización sin fines de lucro con sede en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, instó a las autoridades mexicanas a principios del año 2008 a investigar a fondo al sicario identificado como Alfredo Araujo Avila a.k.a. “Popeye” como autor del ataque de Blancornelas, ya que también figuraba en la lista de sospechosos de la justicia nacional de aquel homicidio.
Araujo Avila “Popeye” habría también participado en el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en mayo de 1993 en el Aeropuerto de Guadalajara donde los Arellano Félix intentaron matar a Joaquín el “Chapo” Guzmán Loera, reportó AP. El sicario “Popeye” sería detenido en el mismo 2008 en Baja California.
Cuando los Arrellano Félix reclutaban en los barrios bajos de EU
Por encargo de los hermanos Arellano Félix, Alfredo Araujo Avila se encargó de ir a los barrios bajos de la ciudad de San Diego en California para identificar posibles candidatos para ser sicarios del Cártel de Tijuana, al contar con su ciudadanía estadounidense que le facilitaba cruzar la frontera, según The New York Times.
En tiempos donde el Cártel de Tijuana se fortaleció ante la muerte de Amado Carrillo Fuentes alías “El Señor de los Cielos” y el arresto en Estados Unidos de Juan García Abrego, el líder del Cártel del Golfo, los Arellano planeaban fortalecerse aún más con nuevo personal a su cargo.
El Cártel de Tijuana dominó en la década de 1990. Foto: Archivo
Araujo Avila entonces acudió hasta el Barrio Logan en San Diego para reclutar a los pistoleros, ahí conoció a David Barron Corona, quien se ganaría la confianza absoluta de los Arellano Félix luego de que los salvó de ser blanco de una emboscada.
Por lo anterior, Barron Corona fue nombrado como uno de los jefes de seguridad del Cártel de Tijuana, además de ser el líder de los sicarios surgidos del Barrio Logan en San Diego.
Blancornelas difundió dicha información y por ello recibió cuatro impactos de arma de fuego en el atentado orquestado presuntamente por “Popeye”, ataque donde Luis Valero, el guardaespaldas del periodista perdió la vida, así como el propio David Barron quien murió al recibir una de las balas de sus propios sicarios cuando ésta rebotó y lo impactó en uno de sus ojos, según refiere el CPJ.
Así fue como Araujo Avila reclutó y formó a los sicarios desde los barrios bajos californianos, lugar donde el crimen organizado forma sus bastiones para reclutar a gente ya sea por la seducción del dinero, por el temor a las represalias al ser obligados a ser criminales, o bien a una combinación de ambas.
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RM