Ante la alta demanda de pruebas COVID-19, el gobierno capitalino activó ocho módulos en plazas comerciales, pero resultaron insuficientes.
Por la mañana, al Fórum Buenavista llegaron más de 200 personas; pero en el centro sólo contaban con 30 reactivos, lo que provocó la molestia de la gente que dijo haber perdido su tiempo, ya que llegaron desde las 8:00 de la mañana.
Reclamaron la falta de información precisa y que nadie señaló que el número de pruebas era limitado.
“Imagínate, llegamos desde las ocho de la mañana, hay que avisar antes”, gritó una de las personas que llevaban horas esperando.
Carmen reprochó que la hayan hecho formarse y que a la hora de repartir las fichas no alcanzara, porque nunca señalaron que había sólo 30.
“Nadie salió, nadie nos dijo hasta qué momento, hasta dónde se acababa la fila, cuántas fichas había; no nos dijeron nada, absolutamente”, dijo enojada.
Luego otra persona informó que habían llegado 20 pruebas más y organizó para que guardaran la sana distancia.
Otros módulos se colocaron en Plaza Zentralia, Pabellón Universidad, Centro Comercial Santa Fe, Parque Las Antenas, Parque Vía Vallejo, Centro Comercial Perisur y Chedraui Aragón.
También en los centros de salud la demanda de test es alta. Con chamarras, bufandas, guantes, cubrebocas y hasta en pijama, formaron largas filas afuera del Centro de Salud Dr. José María Rodríguez, en calzada de Tlalpan.
Con algunos síntomas como tos, dolor de cabeza y cuerpo cortado, José Antonio Cámara, pianista de profesión, acudió a realizarse la prueba porque su madre resultó positiva a COVID-19.
“Se contagió en su trabajo, en el área central del IMSS”, expuso.
PAL